EL RETO DE LOGRAR UN EQUILIBRIO ENTRE LA SEGURIDAD ENERGÉTICA Y LA ESTABILIDAD DEL ECOSISTEMA
La seguridad energética es una parte esencial de la vida cotidiana contemporánea. Sin embargo, su generación sigue siendo motivo de preocupación, en los aspectos que rodean al impacto medioambiental que se produce como consecuencia del procesamiento de los recursos energéticos de nuestro planeta. Hasta que no se produzca una transición brusca hacia fuentes renovables autosostenibles, la mayoría de las industrias, especialmente el sector solar, siguen dependiendo en gran medida de la energía proporcionada por fuentes fósiles, para desarrollar sus tecnologías.
Con los millones de barriles de petróleo que se derraman anualmente en el medio ambiente, la pregunta es entonces: ¿Es necesario que sigamos perforando en busca de combustibles fósiles durante esta fase de transición energética, o bien actualizar y utilizar los millones de barriles de petróleo recogidos de los vertidos para que tengamos ecosistemas más limpios, cuando los combustibles fósiles dejen de ser una necesidad energética?
NUESTRA PROPUESTA
La división CARBON de NANOARC nos propone seguir este último enfoque. Lo que hacemos es participar en el suministro de soluciones basadas en la nanotecnología para la gestión del CO2 y la mitigación de las emisiones de gases tóxicos y productos químicos en el aire, el agua y la tierra. Apoyamos a las organizaciones medioambientales que se dedican al ámbito de los combustibles fósiles para que redefinan sus modelos de negocio en cuanto a la gestión de los vertidos de petróleo y los residuos asociados que se generan en los procesos de reforma.
Proporcionamos soluciones nanotecnológicas para la desulfuración eficaz, la eliminación de residuos químicos nocivos en el agua y la separación de metales pesados. En un paso más, proporcionamos nanocatalizadores de alta superficie para la mejora efectiva del aceite derramado en combustibles de alta densidad energética, a través de la reformación nanocatalítica.
De este modo, los aceites residuales reciclados pueden ser mejorados y utilizados, con el fin de minimizar la necesidad de los procesos de perforación y fracturación de combustibles fósiles que impactan negativamente en los ecosistemas globales, las economías y la calidad del aire. Cuando un combustible es denso energéticamente, se necesita menos cantidad para periodos más largos de uso y, como resultado, se consiguen menos emisiones por unidad de tiempo y distancia.
Nuestra contribución consiste fundamentalmente en ofrecer asesoramiento estratégico sobre la mejor manera de lograr un resultado de cuna y, al mismo tiempo, proporcionar las soluciones de nanomateriales necesarias para lograr esos resultados.
LA PERSPECTIVA
En pocas palabras, pretendemos apoyar los procesos de limpieza de los vertidos de petróleo y permitir la consecución de la conversión de los residuos en sistemas de eficiencia energética como medida clave de progreso. De este modo, será posible utilizar menos combustible en los desplazamientos de larga distancia, gracias a la mejora del rendimiento del combustible, lo que reducirá tanto los niveles de emisión de CO2 como la necesidad de reabastecimiento. Hasta que seamos capaces de pasar por completo a los sistemas de emisiones cero, estos sistemas de ahorro de combustible serán de vital importancia, en los viajes de larga distancia de la aviación, con menos emisiones de CO2 y menor frecuencia de reabastecimiento de los buques en la tierra y/o en los futuros viajes de exploración emprendidos más allá de nuestro planeta, donde la reducción de peso es un activo necesario y la longevidad del combustible es vital.
Lo bueno de todo esto es que, limpiamos nuestros ecosistemas planetarios de la contaminación del petróleo y restauramos su integridad, en nuestra transición a las tecnologías de cero emisiones de CO2.