La fiabilidad de la energía, es una parte esencial de la vida cotidiana contemporánea. Sin embargo, su generación sigue siendo motivo de preocupación, en los aspectos que rodean al impacto medioambiental que se produce como consecuencia del procesamiento de los recursos energéticos de nuestro planeta. Hasta que no se produzca una transición brusca hacia fuentes renovables autosostenibles, la mayoría de las industrias, especialmente el sector solar, siguen dependiendo en gran medida de la energía proporcionada por fuentes de combustible fósil, para desarrollar sus tecnologías. Además, para compensar el déficit de combustible, no es necesario aumentar su volumen, sino mejorar su rendimiento mediante una mayor densidad energética.

Con los millones de barriles de petróleo que se derraman anualmente en el medio ambiente, sugerimos que se reduzca la extracción de combustibles fósiles y que se haga hincapié en la reforma y mejora de los millones de barriles de petróleo recogidos de los derrames, así como en el reciclaje de los residuos de petróleo, para que tengamos un ecosistema más limpio, cuando los combustibles fósiles dejen de ser una necesidad energética.

El petróleo es útil para muchos fines, pero cuando se libera incontroladamente en el medio ambiente, las consecuencias pueden ser inquietantemente desastrosas.

La limpieza y recuperación de los derrames de petróleo es un asunto difícil, ya que el proceso de regeneración del ecosistema depende de una multitud de factores como:

• La arquitectura química del hidrocarburo derramado

• La temperatura del agua, que afecta a la evaporación y biodegradación del petróleo

• La naturaleza medioambiental de las costas y playas en las que se extiende el vertido

La limpieza de los derrames de aceite puede llevar largos periodos de tiempo e incluso años. No todos los componentes de los aceites se limitan a ser de naturaleza grasa o similar a la cera. También se incluyen los aceites derramados en aplicaciones domésticas de generación de energía, automóviles y plataformas comerciales. Algunos elementos son altamente volátiles y cancerígenos, mientras que otros contienen elementos radiactivos. Es de crucial importancia, que estos derrames de petróleo sean mitigados de manera expedita, para evitar daños irreversibles a los constituyentes del ecosistema, cuya ausencia puede causar una inclinación negativa en el equilibrio de la calidad de vida marina, aviar y de los arrecifes de coral. Ni que decir tiene que un desequilibrio en un ecosistema siempre creará una cascada de acontecimientos que repercutirá negativamente en el medio ambiente circundante y se filtrará en la seguridad de la vida humana a través de las afecciones respiratorias, la cadena alimentaria y, posteriormente, la salud económica de varias naciones.

MITIGACIÓN

Planificar con antelación una respuesta rápida y eficaz a los vertidos puede minimizar considerablemente las consecuencias negativas de un vertido de petróleo en el medio ambiente o evitarlas por completo. 

Cuando el petróleo se derrama en el medio ambiente, su composición suele alterarse de manera que resulta más difícil procesarlo para convertirlo en un combustible utilizable. Esencialmente, más allá de la limpieza de un vertido, lo que una empresa medioambiental quiere evitar es la acumulación de residuos de petróleo, sin una perspectiva clara de cómo reciclarlo o convertirlo en un producto útil.

Teniendo en cuenta los millones de barriles de petróleo derramados en todo el mundo, es más razonable y sostenible reutilizar el petróleo derramado, en lugar de perforar o hacer fracking para obtener más petróleo, lo que sólo supone un riesgo innecesario para el medio ambiente y un daño al ecosistema. En otras palabras, es muy beneficioso invertir en la limpieza de los vertidos de petróleo y en la gestión de esos residuos, en lugar de seguir extrayendo petróleo a costa del medio ambiente.

El futuro de la generación de energía en la transición desde los combustibles fósiles conllevará ahora una limpieza de nuestros ecosistemas afectados, mediante el uso de combustibles procedentes de la superficie del medio ambiente a través de los vertidos de petróleo y/o el reciclaje de residuos de petróleo (de, por ejemplo, coches, baterías, barcazas, instalaciones de almacenamiento, etc.). Utilizando lo que ya está disponible en la superficie de la tierra, y al mismo tiempo regenerando y protegiendo nuestros ecosistemas de los daños, mientras hacemos la transición hacia un futuro energético sin combustibles fósiles. 

El proceso de conversión del petróleo derramado o de reciclaje del aceite usado no es una tarea sencilla, pero es esencial, para un modus operandi sostenible, en nuestro futuro uso del combustible en los coches, los aviones y la generación de energía, y una curación de las zonas fracturadas de nuestro planeta.

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